FINCA LA FRONDA y WORDSWORTH
Nuestra historia comienza en el año 2004 cuando Charles W. Wordsworth (1946-2019), después de una intensa carrera en la industria en lugares tan distintos como Lima, Londres, Alemania o Madrid, decide retirarse con su esposa Reyes a la Sierra de Aracena y compra esta finca.
Tardaría 4 años en construir y abrir al público Finca La Fronda tal y como la ves. Su gran preocupación siempre fue que estuviera bien integrada en el paisaje y que fuera lo más sostenible posible. Al fin y al cabo La Fronda debía ser posada y fonda para aquellos amantes de la naturaleza que vinieran a conocer esta parte poco conocida de Sierra Morena.
Al proyecto se unió pronto el hijo pequeño, Alec, y un poco después Cristina, la hija mayor, con su pareja Oscar. Ellos 3 forman con Mary el equipo bienavenido que intentará que su estancia en La Fronda sea memorable.
Pero es posible que la historia de La Fronda empezara mucho antes, allá por el año 1770 en Grasmere, Inglaterra. Allí nació William Wordsworth, poeta laureado inglés, precursor del romanticismo. William Wordsworth es el tatarabuelo de Charles y si a algo consagró Wordsworth su poesía y su vida misma fue precisamente a la naturaleza, William Wordsworth es bien conocido como el poeta de la naturaleza. Se da la circunstancia de que el Lake District de donde era oriundo guarda muchas paralelismos con el Parque Natural Sierra de Aracena, como que ambos son reservas naturales protegidas y verdaderos emblemas de la conservación del entorno rural y natural.
COMPROMISO CON NUESTRO ENTORNO NATURAL
Siguiendo el ejemplo de amor y respeto a la naturaleza de nuestro ancestro en Finca La Fronda tomamos todas las medidas a nuestro alcance.
La construcción del edificio se hizo cuidando que el impacto visual fuera mínimo, en una sola planta, con materiales tradicionales, sin alterar la flora circundante, con criterios de aislamiento térmico y acústico, con una iluminación de baja intensidad que no contamine el cielo nocturno.
La finca cuenta con instalaciones de energía solar fotovoltaica y térmica.
Todas las aguas provienen de pozo y son depuradas y luego reutilizadas en la propiedad.
El compromiso con los productores locales llega a nuestra cocina, y allí donde no alcanza nos preocupamos de que los productos sean ecológicos y minimicen el uso de plásticos en los envases.
Los restos orgánicos se compostan en la finca y el compost se usa como abono para las plantas que son autóctonas.
De forma paralela a la actividad hostelera ee aprovechan los recursos naturales de la finca de forma tradicional (recogida de castaña, saca del corcho) En la jardinería se da prioridad a especies autóctonas y bien adaptadas, con bajo consumo de agua.
Colaboramos con artistas locales facilitando presentaciones de libros y exposiciones.